Cuando un torero está bien todos los aficionados lo admiran y le van saliendo a donde toree. Más difícil lo tienen los hombres de plata, puesto que muy pocos saben apreciar el valor y riesgo que corren al ejercer su profesión.
Aunque Félix Jesús Rodríguez no puede quejarse, ya que tienen una legión de seguidores y una peña propia que lo siguen allá donde toreé con su matador.
Es uno de los hombres de plata que arrastra al buen aficionado ya que es un espectáculo verlo. Con el capote suele mimar a los toros, darle los capotazos justos, llevarlos corriendo con el percal a una sola mano, para no robarle pases a su matador, en este caso David Mora.
Y en banderillas que decir. Tres son las tardes que montera en mano ha tenido que saludar al respetable. Seis excepcionales pares de banderillas que el buen aficionado ha sabido apreciar y ha premiado a ese exquisito torero.
La primera tarde fue el 19 de mayo en la plaza francesa de Vic- Fezensat. La segunda el 21 de mayo en Las Ventas y la tercera, y no menos importante, el 31 de mayo en Córdoba.
Tres plazas de primera donde ha puntuado, y aún le quedan muchas más tardes en las que citando con ese arte y estilo tan personal que tiene citará a los toros para clavar los arpones muy ajustados. Exponiendo al máximo, como buen profesional que es. Arriesgando puesto que el respetable lo merece.
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